Los artistas en general, siempre han tenido bases en los restos del arte antiguo para conocerlo y saber lo que pensaban los antepasados, pero la música no ofrece esta posibilidad, pues sólo se puede suponer por medio de los instrumentos y costumbres que se muestran en las iconografías.
La música en la Antigua Grecia tenía carácter mágico, cualquier dios tenía atribuido sus ceremonias, por ejemplo Apolo era el de la verdad, la música y la poesía, Dionisio el de la danza, el teatro y el vino. El carácter de la música era parte de las ceremonias religiosas.
A cada dios se le veneraba con un instrumento diferente a Apolo con la lira, a Dionisio con el aulos.
La lira era de gran tamaño, con cinco, seis o siete cuerdas, tenía carácter solístico, además de acompañar el canto en los poemas épicos.
El aulos, era un instrumento de caña, con un tubo sencillo y sonido estridente, se usaba para los cantos de poesía en el culto a Dionisio.
Los cristianos rechazaban la música por su vinculación a lo pagano, por ello, tampoco se ha podido recuperar mucho de la música antigua. De la cultura griega queda muchísimo de su teoría, pero no de su ejecución, incluso tenían nociones y principios que todavía no han sido superados en la actualidad, para ellos, la música tenía un significado mucho más amplio que para nosotros.
En las enseñanzas de Pitágoras, la música y la aritmética no se separaban, ni tampoco de la astronomía. Todo el universo se comprendía con la música, esta era parte de la Naturaleza, nada se comprendía sin el sonido y el ritmo.
Fuente: nuki the pianist