La música aleatoria es aquella música que cuando está en su proceso de composición o ejecución incorpora un elemento de azar o indeterminado.
Esta no debe confundirse con la improvisación, ya que los temas que se introducen al azar están predeterminados.
Esta clase de música, comenzó a ser introducida, o mejor dicho, hizo su aparición cuando la música de los años 50 comenzaba a resquebrajarse.
Los compositores comenzaron a plantearse la necesidad de componer aleatoriamente para llamar la atención del intérprete a que éste se prestara a colaborar más con el compositor.
Las características de esta música es que no tiene dos ejecuciones iguales, las grabaciones son de una forma muy particular, las piezas son cortas y capaces de poner en tensión al oyente.
La música aleatoria tiene dos modalidades: abierta y cerrada.
En la abierta, de origen europeo, el ejecutante (solista, director…) determina el orden de los sucesos. Los puede determinar de muy diversas formas: simplemente por elección, guiado arbitrariamente o casualidad, por las reacciones del público…
En la cerrada, de origen americano, es cuando la indeterminación es absoluta. En este caso, se abandona el control de la música, tanto el compositor, el ejecutante y el oyente deciden aceptar lo que ocurre sin tener en cuenta sus preferencias en cuanto a qué debiera ocurrir. La obra deja de ser obra y se convierte en proceso, el compositor deja de componer y pasa a ser un simple sorprendido de su creación.
En conclusión, una música es aleatoria cuando el compositor deja a los intérpretes crear.
Fuente: Wikipedia