La melodía

Todo el mundo canta canciones, sin imaginar ni pensar en el sentido de donde vienen.

Las melodías, son inventadas por el hombre, pero con una lógica. El hombre siempre ha querido imitar los sonidos de la Naturaleza y por ello comenzó a cantar.

La palabra melodía tiene su origen en la palabra griega melos, la cual, quiere decir “sucesión de sonidos”.

Cuando el hombre quiso imitar, comenzó a hablar y con ello a cantar. Las melodías son las inflexiones del lenguaje hablado.

En los pueblos primitivos, cuando se cantaba, la melodía les permitía expresar sentimientos mucho más intensos o inmateriales que el simple ritmo o la palabra.

Los griegos, siempre imitaban a la voz humana con la melodía, motivo por el que les acompañaba en todas la circunstancias de la vida. Era tal la importancia que tenía la música que atribuían un determinado sentimiento o un determinado estado psíquico definido a los modos musicales, esto se llamaban ethos.

En el cristianismo, con el canto gregoriano, la melodía alcanza su más alto grado de expresividad y espiritualidad.

Cuando nace la polifonía, no significó la muerte de la melodía, sino por el contrario, se enriqueció mucho más.

La época del Renacimiento fue la época reina en abundancia de melodías, luciendo la melodía en todo su esplendor.

En el Barroco, se tendió a dar importancia a una melodía frente a las demás, volviendo a la simplicidad, surgiendo el fenómeno de la melodía acompañada.

En el Clasicismo, la estructura era de dos frases con total simetría.

Wagner llegó en el Romanticismo, rompiendo con la simetría anterior. Este compositor hizo que las melodías tuvieran total libertad, era la Melodía Contínua.

Y ya en el siglo XX, la melodía pasó a no ser concebida. La música actual, no obedece a la armonía, es un nuevo significado, está llena de giros y saltos diferentes a cualquier época anterior.