El juego es uno de los factores con los que más se aprende, la música, sin lugar a dudas, puede convertirse en ello a la hora de aprenderla.
Todas las personas poseen, en mayor o menor medida, una actividad creativa, de esta actividad podemos crear improvisaciones a través de la música.
El arte musical es la más lúdica y creativa de las artes, de lo que resulta, que la improvisación musical se puede convertir en una forma de juego creativo.
La improvisación tiene un gran valor educativo, se puede convertir en instrumento de aprendizaje individual. Es una forma de explorar las posibilidades que tiene el ser humano hacia la adquisición de nuevos conocimientos.
Una improvisación es una forma natural de expresar, lo cual, constituye una estrategia idónea para ampliar los conceptos musicales del ser humano. Si esta actividad se entiende como expresión espontánea, podemos detectar aptitudes, carencias, dificultades y necesidades que un ser humano puede tener, a partir de ahí podemos aplicar la enseñanza adecuada para cada persona.
Esto puede ser una forma de entrenamiento para aprender y aplicarlos a situaciones nuevas en las que cualquier persona se puede quedar sorprendida de lo que puede expresar a través de la música.
Psicólogos y educadores conceden la actividad musical como sugerente y atractiva, pues abre la fantasía, la imaginación y el ingenio de la propia persona. Es una forma de expresar sus ideas dentro de un mundo que será aceptado, este es el mundo musical.
El arte de la música puede cumplir muchos propósitos con el juego de la improvisación.