L.D. 50, la obra maestra de Mudvayne

Hoy os quiero hablar de uno de los discos que más me han marcado, y no es otro que el álbum de debut de la banda Mudvayne, llamado L.D. 50, para mi, un álbum que, si bien tiene un sonido muy cañero, está, y lo digo sin ruborizarme, entre los 100 mejores álbumes, ojo, de la historia.

Pero comencemos por el principio, el L.D. 50 se lanzó en Estados Unidos en Agosto del año 2000, justo cuando el género del Nu Metal estaba ya más que asentado y grupos como Korn o Deftones ya llenaban estadios, y, por otro lado, Tool, su otra influencia, ya estaban catalogados como una de las bandas de rock más importantes de todos los tiempos, y aquí vinieron a salir cuatro excepcionales músicos, con Chad Gray como vocalista, con unos registros graves y una potencia que por momentos recordaba mucho a Phil Anselmo de Pantera, Ryan Martinie al bajo, el cual hace un trabajo tan increíble en este álbum que le teletransporta al Olimpo de la cuerda gorda, Matthew MdDonough a la batería, con un trabajo igualmente brillante, y Greg Tribbett a la guitarra, la cual, si bien no es tan vistosa (no esperes solos salvajes, estos van a otro rollo), acompaña a la perfección y consigue todo lo que se espera de él y revolucionan una vez más el género.

Y es que este L.D.50 es realmente difícil de catalogar, ya que tiene algo de Nu Metal, mucho de progresivo, groove metal y punk, y claro, todo esto bien mezclado y mejor compuesto da un resultado exquisito.

Tanto es así que su primer vídeo, llamado Dig (puedes verlo a continuación) ganó el premio MTV2 y el disco llegó a ser disco de oro con más de medio millón de copias vendidas.

Os dejo primero, la mejor versión que he podido encontrar en YouTube, una pena que viene de la televisión yankee y viene censurada:

Y ahora, el tema visto desde la perspectiva del bajista, Ryan Martinie, versión que te recomiendo encarecidamente que veas, es increíble como mueve las cuerdas:

Y bien, ¿qué te vas a encontrar en L.D.50?, temas largos, bien estructurados, en la cual no se deja nada al azar, con constantes subidas y bajadas de tempos, letras realmente buenas de marcado componente o bien melancólico (soledad, abandono) o bien de sublevación y violencia, aderezado por alguna más polémica, como el Pharmaecopia, la cual hace una apología de las drogas contra la religión, con su ya mítico «Does your God came on a pildorate or a plate?», es decir, «¿Tu dios viene en píldora o pastilla?»

Te puedo decir que todas las canciones son tremendas, a cual mejor, pero, por gusto propio te diré que Internal Primates Forever, Death Blooms y (K)now F(orever) son mis preferidas.

Por último, contarte alguna que otra curiosidad, por ejemplo, el nombre del disco, L.D.50 son las siglas en americano de un concepto muy usado en microbiología, Lethal Dossage .50, osea, Dosis Letal .50, es decir, la cantidad de sustancia que hay que aplicar a un cultivo para que muera exactamente la mitad del mismo, muy «poético», ¿verdad?

Por último, aquí te dejo el tracklist de este discazo de casi 70 minutos de duración que debes escuchar si aún no has tenido la oportunidad de hacerlo: