Para explicarme y explicaros lo que ha pasado con Miley Cyrus, voy a tener que abrir el debate en dos direcciones y no solo una, como suelo hacer. La cantante, que ya sorprendió con el sencillo ‘Can´t be tamed’, presentación de su último disco, del mismo nombre, ahora acaba de lanzar un segundo single que, la verdad, no tiene desperdicio, en todos los sentidos.
Por un lado, tenemos la canción en sí. Se trata de ‘Who owns my heart’, un corte discotequero en la línea más dance nunca antes conocida de la ex intérprete de Hannah Montana. Los arreglos musicales y la voz distorsionada juegan un papel fundamental y la composición en sí podría ser un refrito de temas de Britney Spears, Ke$ha y cualquier otra artista superventas del momento.
Miley ya es una cantante superventas, pero lo que ha intentado ahora no sé si es una verdadera reinvención, como se ha dicho y publicado, o simplemente una adecuación a las expectativas del mercado musical, presentes en las artistas mencionadas y otras muchas.
¿Qué tenemos en este segundo tema de ‘Can´t be tamed? Pues un cóctel de varias cosas, a saber: música que está de moda (David Guetta y el dance, ahora mismo, encabezan los mayores éxitos musicales), una estética audiovisual que está de moda (limusinas, ambiente de discoteca, mucha gente alrededor y una nueva imagen para Miley que tendrás que juzgar por ti misma/o), unos arreglos musicales que están de moda y varios recordatorios de que las cantantes jóvenes, en estos momentos, son quienes llevan la batuta. Pero Miley, ¿qué estás haciendo?