Los cassetes han perdido la partida

Estaba claro que a los cassetes no les quedaba demasiado tiempo de vida, era algo evidente, pero leerlo así, con una fecha de exterminio determinada parece que me ha impresionado. 18 meses les dan de vida. Ya casi nadie mira para ellos, ni siquiera piensa en ellos (sólo los que todavía tenemos cassete en el coche). Tengo amigos que nunca los utilizaron. Pero, ¡tantos años de mi vida están grabados en esos pequeños artilugios! que he de admitir que me da pena, me da mucha pena.

No puedo calcular las horas que pasé delante del cassete grabando una cinta para alguien. Era como un reto personal. Nadie podía tener una cinta igual, cada persona, por como es, merece una u otra cinta. Dependía de la época, dependía de lo que significara para tí, dependía de lo que quisieras demostrar, de lo que quisieras decir o de lo que quisieras que intuyera. Era todo un arte que te podía llevar horas e incluso días. Queda perfectamente reflejado en la película Alta fidelidad, dónde me veo totalmente representada por John Cusack.  

Alguno dirá que se puede hacer igual ahora con los cds, pues no. Ahora no son tan personalizados, ahora no tienes que escuchar todo mientras lo grabas (lo que antaño hacía que muchas veces te arrepintieras), ahora es el aparatito el que calcula lo que duran las canciones y si te entran o no te entran, no es lo mismo, no señor.