Una de las máximas exponentes de la música de Iberoamérica, Chavela Vargas, ha fallecido en las últimas horas como producto de una insuficiencia cardíaca y una falla renal y crónica, dolencias por las que también había estado internada en España, aunque su fallecimiento se produjo concretamente en México, a los 93 años de edad, dejando un gran vacío entre todos sus admiradores.
Vargas, que durante su carrera supo desarrollar un producto prácticamente único alrededor de sus canciones, sobre todo adornadas por la importante presencia de rancheras y boleros, se ufanaba de “descomponer las canciones para llevarlas a su sugerente universo estético”, de modo que pudiera llegar al público de un modo distinto al que lo hacen la mayoría de los artistas en la actualidad.
Chavela Vargas, nacida el 17 de abril de 1919 como Isabel Vargas Lizano en San Joaquín de Flores, Costa Rica, tuvo una carrera especialmente destacada desde la década del ´60, cuando comenzó a enlistar varias de sus canciones de México, lo cual acompaño muchas veces con excesos y acercamientos a personalidades que cambiarían no sólo su trayectoria, sino también su vida, como José Alfredo Jiménez y León Trotsky, con quien siempre se rumoreó haber mantenido un romance.
Hace algunos años, consultada acerca de su muerte en Argentina, Vargas declaró a la prensa local que “Pienso que sí me eternizaré, pasará el tiempo y hablarán de mí una tarde en Buenos Aires. Cuando un día empiece a llover, les saldrá un lágrima, será una chavelacita muy chiquita”.
Finalmente, no podemos dejar de destacar algunos de sus grandes clásicos, los que aconsejamos escuchar para quienes no hayan tenido la suerte de hacerlo anteriormente, como en los casos de piezas tales como «Vámonos«, «Macorina», «Ponme la mano aquí«,»El último trago», «Que te vaya bonito», «Noche de bohemia», «La llorona«, «Paloma negra», o «Volver, volver», alguna de sus mejores creaciones.