Los protagonistas del musical, nos cuentan que hubo momentos muy divertidos en este musical. Una anécdota fue que de pronto, en un ensayo, de repente, las bailarinas se pusieron a chillar, pues los camerinos que estaban bajo del escenario se estaban inundando, pero… de forma exagerada. Se estaba ensayando el número de Lady Gaga y… menudo escándalo, el agua caía de donde se cuelgan los decorados ¡vaya desastre!, se estropearon muchísimas cosas y tuvieron que llamar con urgencia a los proveedores para que trajeran material y poder seguir trabajando. Esto ocurrió a las 14 h. y el espectáculo comenzaba a las 18.30. Todo el mundo comenzó a coger fregona en mano y sólo tuvieron media hora de retraso.
Otra anécdota fue cuando Adrián, perdió el equilibrio sobre la pasarela, cuando cruzaba el escenario. En plena función cayó desde una altura de tres metros, aun así siguió con la función, aunque medio atontado. Al terminar la ambulancia se lo llevó al hospital (no pudo salir a saludar), se había hecho un esguince en las cervicales.
El público también protagonizó anécdotas, como cuando una vez, ya en la despedida de la actuación, la música paró unos segundos entre canción y canción, y en ese preciso instante, un espectador se marcó una frase él solito, superdesafinado, lo que causó una risa increíble a los que estaban en el escenario, hasta tal punto que no pudieron ni cantar.
Los problemas técnicos, también protagonizaron anécdotas, pues en una de las actuaciones, una tarjeta de memoria se descodificó. La asistencia de público era abrumadora y lo solucionaron de la manera más sencilla “invitando a todo el público a barra libre”. Cuando estuvo solucionado (después de hora y media), el público estaba más que contento.