El flamenco está siempre acompañado de la guitarra, pero no siempre es así, puede ofrecer variantes rítmicos como instrumentos de percusión, además de las palmas que también es de percusión pero natural.
En la parte del baile, el cuerpo representa una gran expresión, moviéndose de forma coordinada, pies, piernas, caderas, brazos, manos, dedos, cabeza… todo se encaja a la perfección con el son de la música.
Se dice que para aprender el flamenco se necesita alma, algo que no todo el mundo posee, paso algo parecido como el oído musical, o se nace con él o nunca se tiene ni se consigue.
Este estilo está divido en “palos”, cada palo tiene su ritmo, se pueden contar hasta 50, sin embargo, al representarse una y otra vez, sus bailes siempre son diferentes.
Los palos se pueden dividir en dos grupos el jondo y el festero. El primero es de una expresión profunda, con sentimientos mayormente trágicos. Trata temas de amor, desengaño o penas. Su forma de bailar es intimista. Este es como más de expertos, más alejado para los simples. Un ejemplo son las bulerías aficionados, más difíciles de comprender. Se representa en teatro y lugares reducidos a profesionales.
El segundo es más alegre. Se representa en fiestas y lugares andaluces. Aunque trate los mismos temas que el anterior, lo hace de forma más alegre y optimista, incluso a veces resulta cómico. Un ejemplo son las sevillanas.
En resumen, una arte lleno de fuerza y estilo que no deja frío a nadie.
Fuente: red 2000