Tenía claro que una persona, una leyenda como es Bob Dylan no puede defraudarte, teniendo en cuenta la banda y el equipo humano y técnico que maneja. Puede que su comportamiento en el escenario no sea el habitual en comparación con otros artistas, donde vemos posturitas, saludos al público y demás, pero Bob Dylan tiene ya una cierta edad, no ha elegido estar ahí en ese preciso momento y no tiene necesidad de intentar caerle bien a su público. Le falta poco para los 70 años y seguro que prefiere estar en su casa de Minnesota, con sus babuchas de noche y viendo la tele. Pero no ha sido así. Un buen puñado de gente, unas 8.000 según la organización, se nos metió en la cabeza que tenía que venir a Jerez.
Nada más llegar a las inmediaciones del Estadio de Fútbol Municipal Chapín, aparte de la cola que había para acceder al estadio, lo que también me llamó la atención fue la cantidad de camiones y autobuses, de color negro, que había en un aparcamiento. Todos ellos destinados a trasladar a la banda y a Bob Dylan y la infraestructura que conlleva un evento de este tipo.
A las 21:30 h. en punto, tal y como estaba previsto y justo después de que soltara su repertorio Pedro Javier Hermosilla, la banda, vestidos todos de traje gris, fueron apareciendo en lo alto del escenario y haciéndose cada uno con su correspondiente instrumento. Bob Dylan aparece vestido con indumentaria habitual, traje country de color negro y sombrero gris. Has escuchado hablar de él desde siempre, escuchas y disfrutas con su música, ves fotos, vídeos y, sin pensarlo, lo tienes delante. Una leyenda viva, acompañado de una grandísima banda que ni por asomo imaginarías verlos en concierto y cuya oportunidad no puedes rechazar, porque ya no habrá otra.
Bob Dylan & His Band fueron alternando entre canciones del viejo Mississippi a medio tiempo, como la melancólica «Girl From The North Country«, del Nashville Skyline, continuando con un repertorio que incluía las canciones menos conocidas del genio de Minnesota, como el «Honest With Me«. Todo ello elegido en ese preciso momento y sólo para la gente que acudió al concierto de Jerez. Como bien sabéis, Bob Dylan y su banda no sigue un setlist, sino que él va eligiendo sus canciones según va transcurriendo el concierto y conforme a su estado anímico, lo que hace que cada directo de Dylan sea distinto. Se echaron de menos grandes joyas, como «Knockin´on Heaven´s Door» o «Hurricane«, aunque, para finalizar las dos horas justas de concierto, nos regala una de las esperadas: «Like A Rolling Stone» empieza a sonar para ser coreada por el público presente.
Para terminar, la banda al completo reunida en medio del escenario, presididos por Dylan que, tímidamente, saluda ente gritos y el más que merecido apláuso del público.