Las agrupaciones más numerosas de instrumentos musicales, es decir, de un número aproximado de diez instrumentistas, ya pasan a llamarse orquestas, si la formación se compone de 10 a 20 músicos, se le llama orquesta de cámara. Si solamente está compuesta por instrumentos de cuerda, se denomina orquesta de cuerda, sin embargo la orquesta de cámara lleva al menos un elemento de cada uno de los miembros de las tres familias instrumentales, madera, metal y cuerda y al que a veces se agrega la percusión. A veces ocurren excepciones de muchos compositores que exigen a través de sus composiciones formaciones específicas.
La orquesta sinfónica ha experimentado toda una serie de cambios a través del tiempo, por ejemplo da de la época barroca no tiene nada que ver con la del siglo XX.
En el Barroco, la orquesta variaba según los músicos disponibles, pero tenía un elemento fijo el clavecín, cuyo intérprete ejercía la función de director.
En el Clasicismo comenzó la “estandarización” de la plantilla orquestal, es cuando se consolida la orquesta sinfónica como tal. Desparece el clave y con él todos los sonidos barrocos (laúdes, oboes de amor, miembros de las familias de las violas). La base de la orquesta sinfónica era la sección de cuerdas, elemento que ha perdurado en el tiempo. La sección del viento también evoluciona, pasando de ser reducida a tener más instrumentos, la trompa y la trompeta sustituyen al bajo contínuo. Los timbales se añadieron como elemento de precisión rítmica.
En el Romanticismo, la orquesta se hace más enérgica, coge mayor expresividad y dramatismo. Se amplía la tesitura de los instrumentos.
En el siglo XX se buscan nuevas sonoridades y se subdivide en varias secciones. La percusión toma un papel muy importante, gracias a sus características, encuentra un mundo más a su medida