Hoy he leído en MondoSonoro que el gran (profesionalmente hablando) Phil Spector se ha librado de la cárcel, no porque lo hayan declarado inocente del asesinato en segundo grado de una actriz, si no que el juicio fue declarado nulo porque el jurado no logró ponerse de acuerdo sobre la inocencia o culpabilidad del productor. Y es que ser un genio no te exime de ser un cretino como persona, y el pasado de Spector parece confirmar que hay bastante de esto.
La oficina del fiscal de Los Angeles ya está trabajando para volver a inculparle por este presunto asesinato, del que él se defiende alegando que fue un suicidio y que, hasta ahora, no ha podido ser demostrado. El productor corre el riesgo de ser condenado a entre 15 años de cárcel o cadena perpetua si se le vuelve a llevar a los tribunales.
Ahora, eso sí, musicalmente su carrera es impecable. Revolucionó las técnicas de grabación durante los años 60 e impregnó de un sello personal todo aquello que tocaba y envolvía con sus mágicas orquestaciones. La música actual le debe mucho y él solito ha hecho méritos a lo largo de su vida para que la gente huya despavorida de su lado.